
Contestar al porqué de las cosas es algo muy serio. En el diseño de un proyecto, yo diría que resulta determinante. Es fundamental tener argumentos sólidos con los que convencer de la idoneidad de nuestra idea. Y estos argumentos han de ser tratados como un diamante bien pulido por todos sus costados, para que brille desde cualquier perspectiva.
Hablar de lo que me ha movido siempre a interesarme por el mundo de la cultura, resultaría bastante aburrido. Y fácilmente me perdería en un montón de divagaciones, entrando en un terreno filosófico que desconozco. A este respecto, permíteme que nos quedemos con un porque sí, siempre tan útil para zanjar los interrogatorios difíciles.